Joyas

Sí, tendréis que ir a París para adquirir estos collares de autor, diseñados por Marie Leonetti. Aunque, si se lo pedís con cariño, ¿quizás os lo envíe por correo? Pero ya que estáis, daros un gustito, os pasáis el finde en la capi gala, vais a tomar el té en Marriage Frères, dais una vuelta por la Fundación Cartier, y visitáis el estudio-casa de Marie con vistas al todo París, Torre Eifel y Ópera Garnier incluidos. Sus joyas son únicas, con materiales de los más inesperados como terciopelos, telas bordadas, cuentas de plástico, medallas antiguas, etc. En su blog, encontraréis todo lo que hace.

Arandolario de plata

¿Uno de estos primeros Posts? Para dar las gracias a Pili Arándanos, por supuesto. Una Wonder Women como las hay pocas. Y si no me creeis, comprobarlo vosotros mismos en: http://piliarandanos.blogspot.com/   Sin ella, no estoy aquí.

Además, hace panettoni creativi, come questo qui, preparado en Joséphine Altavilla.
¡Esto sí que es Mano de Santo!

Michelineando, con las Rosas de Navidad

Después del alimento espiritual navideño - Bach - , ahora el terrestre: el chocolate, bajo la forma de estas irresistibles "Rosas de Navidad", o "Rosas del Desierto", plebeientemente designados como "Chococroc" en tierras de Camembert. Attention: es muy adictivo, y no respondo de vuestras facturas de clínica de desintoxicación.

Ahí van DOS fórmulas mágicas, una tradicional con engorde, y otra express con menos engorde:

* Receta tradicional *

- 200 gr. de végétaline (aquí ya viene el primer problema, ¿qué puñetera es aquello? Pues una especie de margarina a base de aceite de coco hidrogeneado, muy de moda en la France de los setenta. En España, os costará encontrarla, y además tiene sus detractores por razón de salud, con lo cual cogéis margarina, y listo)

- 200 gr. de chocolate negro

- 150 gr. de azúcar glas

- 1 paquete de 200 gr. de Corn Flakes

Poner el chocolate y la végétaline / margarina a derretir al baño maría. Quitar del fuego, y añadir el azúcar glas, mezclando muy bien. Añadir delicadamente los Corn Flakes, removiendo lentamente para no romperlos. Esperar 5 minutos, y verter luego montoncitos en pequeños moldecitos individuales de papel. Poner a enfriar en la nevera por lo menos media hora.

* Receta express *

- 200 gr. de chocolate negro o con leche
- 120 gr. de Corn Flakes special K

Poner el chocolate a derretir al baño maría, y verterlo luego encima de los cereales, en un bol grande. El resto, igual que antes...

Con la segunda receta, no penséis que vayáis a engordar mucho menos, pero sí que tendréis la conciencia más tranquila.
Luego, sed creativos: inventaros todas las variantes que queráis, la más famosa siendo el reemplazar los Corn Flakes por arroz  inflado...

Pon a Bach en tu vida...

... si no lo has hecho ya, empezando con el Agnus Dei de la Misa en Si, cantado por el ébouriffant contratenor Andreas Scholl, bajo la dirección del no menos ébouriffant Philippe Herreweghe. Y como es Navidad y que no vais a ir a misa (y yo tampoco), pues aquí la tenemos, en casita y sin hostias.

Un poquito de Tiromancino

 
Os vendrá bien: es fin de año, estamos dándole vueltas a lo que hicimos, bien o mal. Pero no pasa nada, porque Tiromancino nos lo dice:

L'essenziale è riuscire ad avere qualche cosa di buono da fare
o almeno da dire
per non restare a guardare.
L'essenziale è provare a dare il meglio
perchè a dare il peggio c'è sempre tempo.
E infatti come vedi è tornato l'inverno...

(...)

L'essenziale è provare a fare in modo di avere sempre qualcosa in cui credi

da inseguire

per non restare a piedi.

L'essenziale è riuscine a dare forma anche a quello che ti sembra assurdo

e se pensi al futuro

non tutto è perduto

María Vela Zanetti. Maneras de no hacer nada

No voy por sugerencias Navideñas, porque este cuñado a quien no sabes qué regalar probablemente no lo entendería. No, esto va por ti, a modo de prescripción médica: léete sin tardar y sin moderación “Maneras de no hacer nada”, genial recuento de textos sobre cualquier cosa, desde “Algunas preguntas que se hacen los niños sobre las geishas”, hasta “La manicura francesa y otros horrores de la revolución” pasando por los “misterios del armario eclesiástico”. En él, la fantabulosa María Vela Zanetti nos desgrana humor, mala leche, poesía, absurdez, amor a los perros lanudos y panzudos, nos engatusa con permanentes mises en abîme y otros tráficos semánticos. Ya te lo he dicho: tu cuñado no lo entenderá, así que quédate con el libro y disfruta.